jueves, 25 de enero de 2007

Borges y el periodista y escritor Tomás Eloy Martínez trabajan en una traducción. El encuentro es amable. Pero de pronto se nombra a Eva Perón y Borges hace un gesto contrariado. Tomás Eloy, que años más tarde escribiría sobre Evita, le dice que a él le hubiera gustado mucho conocerla. Borges se retira, en silencio, y camina hacia la ventana.
-Me llama mi madre-, asegura Borges aunque no se ha escuchado la voz de Leonor Acevedo.
El entrevistador se queda allí, un rato. Pasa más de media hora. Aparece Fani Vueda de Robledo, la mujer que trabajó para la familia Borges durante casi cuarenta años.
-El señor me informa –se disculpa- que no va a continuar haciendo este trabajo con usted. ¿Lo acompaño hasta la puerta?

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