jueves, 25 de enero de 2007

Entre tanto comienza a nacer y a dar vueltas en su cabeza el ritmo de El cuervo, que no concluirá hasta 1844. Su fama de escritor alcanza ahora momentos de grandeza, pero Poe ya no puede disfrutarla. Junto a esta fama, por otro lado, ha de arrastrar la de borracho y pendenciero. Cuando en 1847 muere Virginia, Poe es ya un hombre sentenciado. La sentencia se cumplió en Baltimore, cuando se dirigía a Filadelfia. Al parecer, hubo de detenerse allí por razones de tránsito, y allí fue a morir tras una borrachera que lo condujo a un hospital de la localidad. Parece ser que en algún momento habló y dijo: “Quiero saber si hay esperanza para un miserable como yo”
Juan José Millás.

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