Usted me ha llevado, con mano segura y delicada, a lo largo de situaciones, de aventuras extrañas, divertidísimas, hasta la última línea de la última página de su espléndida novela. El personaje del padre me parece muy grato, muy logrado. Hoy, cuando emprenda otras lecturas, echaré de menos el magistral ritmo de La hora sin sombra...Lo felicito
Adolfo Bioy Casares (Fragmento de una carta del autor de La invención de Morel, fechada el 15 de diciembre de 1995)
Una noche alrededor de las tres de la mañana, Soriano me llama: “Mirá, discúlpame, yo tenía que comentarte algo, porque me salgo de la vaina. Si no lo comparto me voy a morir ahogado”. “¿Pero qué te pasa?”, le digo. “Me mandó una carta Bioy Casares”. (...)Bioy Casares le decía que La hora sin sombra era la mejor novela que había leído en estos últimos años (...) Yo le propuse que pusiera ese comentario de Bioy Casares en la contratapa del libro. Pero me contestó: “No, a mi no me da. Yo te lo comento a vos. A mí me da mucha vergüenza” y luego venía esta cuestión de la autocrítica. Inmediatamente me dice. “Pero mirá vos, che, Bioy quiere decir que todo lo que yo había escrito anteriormente no le había gustado”.
Angel Chiatti (Escritor y crítico cinematográfico italiano, radicad desde hace años en mar del Plata. Es autor de la novela Desembarcos)
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