jueves, 25 de enero de 2007

Las cartas de amor son un género difícil. Los enamorados, escritores fecundos, raramente dejan epistolarios de grata lectura. Quien escribe a la persona amada siente que nunca es bastante expresivo: el tercero, que un día lee esas frases, las encuentra exageradas y huecas; resultan acaramelados los apodos íntimos, la misma ternura, los encabezamientos al estilo de “mi adorada cabecita loca”; evidentemente, el amor es un sentimiento privado.
Adolfo Bioy Casares
De las cosas maravillosas

-¿Escribía cartas de amor?
-Seguramente, pero pésimas. Es muy difícil escribir lindas cartas de amor. Creo que es un género realmente difícil. Lo he hecho, sí, sabiendo que a ninguna otra persona les hubieran gustado, pero que a esa mujer tenían que agradarles porque expresaban lo que sentía por ella. Nadie cree que sea justificado el amor de los demás, así que el lector lee las cartas con escepticismo.
Bioy en privado.
Silvia Reneé Arias.

Quizá ahora tomaba esto un poco a la ligera, diciéndome que en tanto fueran buenas mis relaciones con Catriona Drummond, la opinión del resto de los hombres no era sino música celestial y agua pasada; y caí entonces en esos ensimismamientos del amante que son, en su propia opinión, exquisitos, pero que siempre resultan tan sorprendentemente bobos a un lector.
CATRIONA
Robert Louis Stevenson.

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